Elena Catalán, nace en 1978, en Barcelona, España. Hija de artistas plásticos, su madre pintora y padre artesano, desarrolla muy pronto su vena creativa. Como ella define; -“Pintar es un refugio, uno pinta el mundo que le gustaría que fuera”
A muy temprana edad con tan solo 14 años inicia los estudios de “Artes y Oficios” en la “Llotja”. Mucha fuerza en el trazo. Mucha capacidad de trasmitir tiene su obra, afirmaran sus profesores, pero es incapaz de amoldarse a las exigencias de curso. Al año siguiente prueba en “diseño de moda” pero con igual suerte, tiene mucho talento, pero se aburre. Volverá a repetir experiencia en el estudio de comic. Tampoco hay suerte, se desencanta y confiesa que deja de dibujar decantándose por la escritura.
Volverá a dibujar dos años más tarde en la que realiza una serie de exposiciones y es una etapa muy creativa en la que desarrolla un estilo propio muy personal.
Poco más tarde cesan sus exposiciones a los veintiún años cae en una depresión dado que desde los dieciséis años padece trastornos de alimentación y al final esta rebelde artista es derrotada por la enfermedad, aunque afirma que es una etapa muy creativa solo que se encierra en el trabajo aislándose del exterior.
Tras un periodo de retiro de cuatro años vuelve a hacer exposiciones. Llegando a ser artista invitada en la exposición 100 años de Dalí, en la que expone junto a cuadros de este inolvidable artista y pintores de su generación como Cuixart, Tagores o Miro.
Pero Catalán dice tomárselo con calma, aun no se siente demasiado a gusto en un mundo que no le parece ser el suyo. La crisis de aislamiento es una de las secuelas que conlleva una prolongada alteración del comportamiento alimentario...